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Categoría: Hechos Reales

Triste muerte @->-'--

No quisiera contarles esta historia porque me parece inhumana, sin embargo deja mucho qué pensar de cuánto valemos como seres humanos o de cuánto nos valora la gente o la sociedad por lo que tenemos, bien dice el dicho "tu valor y trato depende de lo que posees".

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Frente a mi casa existe una familia "podrida" por dentro y en dinero también, son tres hermanos, Cristina, Margarita y Pablo,(cambio los nombres) dueños de una enorme casa, todos viven con sus respectivas familias una vida aparentemente normal.
La madre de estos "seres" era una persona muy amorosa con toda la gente, era servicial y le brindaba amor a quien se le paraba enfrente, todo lo contrario a los engendros que llevó en su vientre por algún tiempo, lástima que Dios la llamó desde hace aproximadamente 14 ó 15 años, seguramente necesitaba un ángel más, aún no entiendo cómo alguien así pudo casarse con un monstruo, él la golpeaba y en varias ocasiones no respetó la unión matrimonial, pues buscaba con quien satisfacer sus instintos bestiales fuera de su hogar, la señora tenía una hermana quien un buen día recibió la bendición de Dios, Ricardo su hijo, sin embargo su papá de Ricardo murió antes de conocerlo, al verse sola con su bebé, buscó un compañero para su vida y alguien quien pudiera tomar el papel de padre para Ricardo (bueno ella lo pensaba así), al fin llegó lo que ella buscaba, alguien que compartiría su vida con ella, únicamente con ella, ¿saben a lo que me refiero? sí, eso, sin el bebé, la mayoría pensaría que una madre da todo por sus hijos, pero hay excepciones, como esta "señora" a quien yo en lo personal que quitaría el título de madre, pues bien, el hombre le pidió que decidiera entre su hijo o él, pero ¡claro! la calentura pudo más que su amor maternal, su estúpida cara (bien parecida por cierto), la enamoró más que su angelical e inocente rostro de Ricardo, así que decidió entregarlo a su hermana, (la mamá de "los tres")y seguir su vida con su "pricipe azul".
Su hermana crió a Ricardo como su fuera su hijo, lo vío crecer y le dio todo lo que estuviera a su alcance, Ricardo estudió medicina e inglés, esto lejos de la mujer que lo parió (pues no sabía quién era su verdadera madre), Margarita estudió enfermería, Cristina secretaria y Pablo... pobre Pablo, él es un pobre diablo, que roba y mata a quien se deje, trafica cocaina y mariguana, es taxista junto con su esposa "la gorda", ella también es taxista.
Al parecer todo iba bien, Ricardo estaba a punto de terminar su carrera tendría entre 22 y 23 años de edad, y contaba con algo a lo que el llamaba familia, sin imaginar su destino. Por otro lado "el príncipe azul" dejó a su madre, ella al sentirse nuevamente sola fue en busca de Ricardo, ya después de mucho tiempo pues como les comentaba ya era un joven, llorando y pidiéndole perdón le confesó toda la verdad, y no sé para qué ¿qué esperaba? ¿que la perdonara y regresara con ella? ¡¡ estúpida !! sólo le destrozó la vida, ¿cómo viviríamos nosotros una situación así? primero, que tu madre no respetara el luto del hombre que la amó,¡tu padre! y segundo, que te cambiara por un hombre malnacido que solo buscaba carne, ¿qué fácil no?, Ricardo "era" débil de caracter y después de saber que a quien él consideraba su madre, biológicamente no lo era, y quien lo había parido ahora lo llamaba "hijo" sin ningún derecho, tuvo una desilusión enorme, sin embargo, su ahora tía-mamá, lo alentaba a salir adelante como siempre lo hizo, pero desgraciadamente poco tiempo después ella murió, nuevamente el mundo se le vino abajo, lo único que valía la pena en su vida se había ido, su tío, lo maltrataba física y verbalmente, aún no logro borrar de mi mente cuando lo llamaba "bastardo", cuando "los tres" lo llamaban "arrimado","recogido",etc. etc.
No entiendo por qué Dios lo permitía, Ricardo ya no pudo más, y el vicio se apoderó de él, el maldito alcohol, ahora era su único compañero, Ricardo no logró terminar su carrera, de un momento a otro perdió todo, familia, estudios, amigos, a él mismo.
Un día lluvioso y gris, partió ¿a dónde? ¿con quién? nadie lo sabía, ¿pueden ustedes imaginar cómo alguien sin ilusiones y sin un quinto en la bolsa se alejaba en la oscuridad de la noche a ningún sitió?, poco después supimos que estaba en los Estados Unidos pasando a gente en la frontera, era un "coyote" como vulgarmente los llamamos en México, pero poco le duró el gusto, pues fue sorprendido y encarcelado, no sé cuánto tiempo pasó para volver a mirar el resplandor del sol, cuánto tiempo permaneció aislado en su tristesa y soledad, cumplió su sentencia y logró salir, regresando "a casa" que ahora era más grande que nunca, LA CALLE, su nombre pocos lo sabían, y por sus antecedentes y al saber de dónde venía le nombrabamos "COY" (por lo de coyote), el "COY", se convirtió en un vagabundo, maloliente, alcoholico y hambriento ser humano, ¿su familia? se preguntarán, cuando lo volvieron a ver lo despreciaron más que nunca, lo patearon y humillaron, pero su familia creció, ¿cómo? sí, éramos todos nosotros, sus vecinos, quienes cada mañana al salir a trabajar recibíamos su saludo: ¡buenos días! , ¿buenos días? ¿todavía podía decirnos buenos días después de lo que él vivía? QUE GRANDEZA Y GRAN ENSEÑANZA, cuántos de nosotros dormimos bien, comemos de igual forma y aún así renegamos de lo que tenemos.
Todavía recuerdo que solía tocar nuestras puertas pidiendo un poco de pan, de agua, mi madre siempre tenía un bocado para él, pero no faltaba quien lo corría arrojándole agua, (incluyendo a mi padre), casi nunca estaba conciente, siempre estaba apoderado por el alcohol, su mirada perdida buscando un lugar sin encontrarlo, pero a su vez muchos por cuáles decidir, se arrastraba con dificultad para llegar a su "cama", cobijas viejas y sucias estendidas a un costado de una cortina de negocio que nunca abrían, no faltaban las risas de los niños al verlo venir, rápidamente corráin por piedras y jugaban a ver "quien tenía mejor puntería" siempre corríamos a salvarlo y encaminarlos a su lugar de vivir, tal vez se preguntarán ¿porqué no lo suscribimos en un centro de rehabilitación, o un centro de indigentes? ¡LO HICIMOS! pero la estancia era demaciado costosa y no todos contribuían para cubrir los gastos, y terminaban por sacarlo nuevamente a la calle, de hecho él mismo se escapaba, quería morir solo.
El esposo de Margarita, es de una religión (no sé cúal), pero muy humanista, él intentaba bañarlo, cambiarlo darle de comer, un techo, pero todos los demás lo corrían nuevamente, tomándolo de sus prendas sobrepuestas y arrojándolo a la calle, !QUE RABIA!´.
Así pasaron los años, haciendo del COY alguien sin fuerzas y la "vergüenza de la familia", así lo decían cuando preguntaban de su procedencia.

Una tarde, llegaba yo del trabajo, aproximadamente a las 18:00 hrs, horario en el que Ricardo acostumbraba sentarse en la esquina de la calle a esperar la noche, sin embargo no era uno de esos días, Ricardo estaba acostado...¿acostado? ¿a esta hora? me pregunté, cuando logré estar más cerca de él pude notar que su respiración era sofocante, muy dificultosa, tanto que hacían que emitiera gemidos de angustía, sentí que mi cuerpo se derretía por un momento, que algo quemaba mi interior, corrí a casa y... ¡¡¡MAMA, MAMA, EL "COY" SE ESTA MURIENDO!!!, ....¿Qué? ¡¡QUE EL COY SE ESTA MURIENDO!!!...¡Rápido, avísale a "la gorda", a Margarita, a Pablo, a quien sea!, corrí tratando de llegar lo antes posible, sentía que mis pasos eran más cortos que nunca, hasta que por fin llegué, llovía lo recuerdo, toqué su puerta, toqué su ventana, grité mil nombres, y tal parecía que mi voz fuera muda, nadie me oía, o mejor dicho, no querían oírme, los vecinos comenzaban a llegar de sus labores y se percataban uno a uno de mi desesperación, tratando de ayudar, llámamos a la Cruz Roja, al ERUM, a todos lugares, y por fin salió "la gorda", mi mirada quería decirle en dos segundos lo que ocurría, pero tal parece que ya lo sabía,...Hola Gaby, ¿qué pasa?, volví a repetir la frase que desgarraba mi garganta..¡ EL COY SE ESTA MURIENDO!!... esperaba que al cerrar mis ojos estuvieran en la puerta, pero no fue así, nunca pensé que mis oídos escucharan algo tan frío...mmmmm ¿y qué quieres que haga Gaby?, pensé que era un sueño, que había escuchado mal, una persona no podía decir eso cuando a un ser humano se le escapaba el alma...¿cómo que qué haces?, fueron las únicas palabras que escaparon de mi garganta, quería decirle mil cosas, pero el dolor en mi pecho no me lo permitió...Avísale a su familia... ¿su familia? ¿pero tú eres su familia?, ¿yoooooo? Avísale a Margarita, si a ella no le importa a mí porqué....¡no lo podía creer!, y en un abrir y cerrar de ojos su ventana ya estaba cerrada, como si hubiera hablado con el viento, pero no importaba, estabamos su otra familia, cuando voltié mi mirada todos los demás hacían lo que podían.
Una de las llamadas logró su objetivo y explicamos el caso, no me lo van a creer pero era una de esas empresas que se dedican a "salvar gente", después de oir el problema, su contestación fue ¡Lo sentimos, pero hay un "prensado" cerca del lugar que me indican, esperen a que se le brinden las atenciones y después hubicaremos su lugar", claro, era alguien que tenía familia y dinero, ¡cómo no estudiaste primeros auxilios! pensé, pero no había tiempo qué perder, el COY estaba cada vez más grave, ya convulsionaba y por fin perdío el conocimiento, llegó el momento en el que la lluvia se hizo partícipe, el COY estaba empapado y padeciendo HIPOTERMIA, cubrimos su cuerpo con una cobija seca, pero sus ropas estaban empapadas y no lo podíamos mover o empeoraríamos su situación, los segundos se convertían en horas y nuestra mayor ilusión era ver esas luces rojas que curiosamente nunca quieres ver, las del rescate, por arte de mágia aparecieron, ¡qué alegría!, alegría que se convirtió en coraje cuando lo vieron... Disculpen, ¿el Sr. tiene familia?, todos con las miradas en los zapatos respondieron.. N,N,NO...Lo sentimos mucho, pero necesitamos a alguien que se haga responsable del afectado, de lo contrario no nos podemos hacer cargo de él...¿cómo que no? le grité...¡ESE ES TU TRABAJO!, sí señorita, sin embargo necesitamos a un responsable para los gastos....¡MALDITOS! ¿y todo lo que el pueblo les da en sus campañas de salvar vidas? ¡PERROS!, esperaban ver el brillo del dinero sin importarles la tiniebla que el COY vivía, de nada sirvió, se fueron dejándolo ahí, llamamos a otro lugar, y otro y otro... todos pedían lo mismo.
De pronto a alguien se le ocurrió, hizo una última llamada....(1:00 a.m) ¡Hola, soy reportero, tengo un caso que los mostrará cual son, si no vienen por este hombre, todos los medios transmitirán las negativas de los servicios públicos.... ¡¡¡5 minutos, Sí 5 minutos bastaron para que las luces aparecieran de nuevo!!!, para ese momento, había hecho su aparición un ángel, sí, un ángel, alguien que trabaja en Derechos Humanos y agilizó su rescate, sin hacer más preguntas se lo llevaron y le brindaron los primeros auxilios, sin embargo era demaciado tarde, su cerebro había sufrido daños severos e irreversibles, murió...
No lo podía creer, los médicos al revisarlo, descubrieron una mordida de perro que había sufrido tiempo atrás y que nadie se percató de ello, su pie se estaba agusanando...
Su cuerpo estaba destinado a la foza común, a ser una más de esas almas perdidas que rondan sin destino, pero todos los vecinos cooperamos para que se le hiciera un entierro.
Ahora le resan en el lugar que agonizó para recoger su alma, bueno eso dicen las señoras que algún día le mataron el hambre y saciaron su sed, y que ahora están con él hasta el final.
No murió del vicio que en un tiempo fue su compañero, su muerte fue más cruel, murió de hambre, de sed, tal vez, los médicos lo catalogaron como "muerte por hiportermia" (frío).

Ese fue el final de alguien que tuvo familia, que tuvo amigos, profesores, pero que sufrió el despreció de su madre, y de la sociedad.

Dios: ¡Tú no lo desprecies como lo hicimos nosotros, recíbelo en tu santa gloria y hazlo sentir el amor y el inmenso cariño que solo tú sabes dar!

¿la reflexión?... que cada quien haga la suya...
Datos del Cuento
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.17
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